Recuerdo esos atardeceres de alcohol y humo
en que caminamos juntos por las calles de adoquines
mirando las viejas casas carcomidas por el tiempo
e internándonos por esos pasajes llenos de recuerdo
Creíamos ver damicelas en las terrazas corroídas
y jugábamos a ser personajes de antaño
escuchábamos un walz de tiempos de tertulia
en aquellos recovecos de grietas y ladrillos
Solíamos sentarnos en la pisadera de la iglesia
y contemplar las gárgolas que penden de sus murallas
veíamos pasar el tiempo entre risas y tristezas
sin ni siquiera decirnos nada
Esos atardeceres se fueron de improviso
dejamos los pasos y algún que otro sacrificio
las casas aún permanecen muriendo a medias
y nosotros partimos creyendo en quimeras.
No creo en destinos amargos
ni pienso como me ha tratado la vida
pero quisiera volver luego..luego
a esas calles de Huérfanos con Cienfuego.
lunes, marzo 28, 2005
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1 comentario:
En Huerfanos con Cienfuego se quedo para siempre una parte de mi alma. Y esta, hoy quizas departiendo con las gárgolas y maldiciendo de tarde en tarde porque el tiempo no nos da la oportunidad de retenerlo.
CuriOSO esto...
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