domingo, marzo 13, 2005

La ultima vez que vi a Rosales

Ese es el titulo de un poema que desde hace 3 años he tratado de escribir pero que por razones que aún desconozco (en realidad conozco solo una) no he podido ni siquiera empezar. En fin...quién es Rosales?, bueno él es (era) un compañero de cuarto medio del glorioso Liceo Cervantes, liceo ubicado en Agustinas con Garcia Reyes, con quien compartí momentos que hasta ahora recuerdo con nostalgia. Ultimo año de enseñanza media, año 86, generación perdida, hijos de Pinochet. Rosales, cuyo nombre es Juan Carlos, era de Cerro Navia, siempre andaba con una chaqueta color café con cuello de chiporro, era de nuestro grupo, del grupo de los marihuaneros (Juan Concha, Rosales, Claudio Mora, yo y quien sabé quien más) de aquellos que nos sentabamos al frente del Liceo a fumar unos zepellines en manzana, grandes zepellines que traia Rosales desde su comuna. De hecho en esos tiempos existian lugares muy buenos donde comprar pitos, la calle gay, los 14 de la fama, chacarillas y la plaza que colinda con la calle Abdon Cifuentes, en el sector antiguo de la capital.
Recuerdo que escuchabamos harta música, algunos traían el canto nuevo y otros empezaban a tararear las primeras canciones de Iron Maiden, Judas Priest y Quiet Riot. Otros, con las primeras canciones del rock chileno de los ochenta.
Rosales era de clase baja igual que muchos de mis compañeros, lo bueno que sucedía en esos tiempos es que en el curso y en realidad en todos los cursos se mezclaban compañeros de diferentes clases sociales, de hecho tenía compañeros que en ese año llegaban en auto y otros a duras penas, Rosales era de los últimos. Era un tipo choro, entretenido y buen compañero, era el dealer de nuestro curso, el que llevaba porros de regalo para todos.
Ese año 86, fué bien raro, fué la primera vez que en la jornada de la tarde había 2 terceros medios mixtos. El liceo en si era de mujeres en la mañana y de hombres en la tarde, hasta el año 85, después surgio este experimento de colocar esos cursos en la tarde. En uno de ellos había una muchacha muy bonita, pero cuyo nombre no recuerdo, como dice el Nicanor...Juro que no recuerdo ni su nombre...nos gustamos, pinchamos y empezamos a "andar". Ella vivia sola con su viejo, quien era fotografo, en un departamento de interior, mejor dicho en un departamento bajo suelo, en avenida Bustamante, cerca del parque. Fumaba pitos y era bien entretenida.
Recuerdo que en esos tiempos el rector del Liceo, Sr. Guillermo Henriquez Ponce, hacía un festival en el Estadio Chile, hoy Victor Jara. Ese año 86, la atracción fué..Zalo Reyes. Icono de la música popular quien con sus canciones nos hacía ponernos medios flaites, igualmente vacilabamos de lo lindo, ella y yo abrazados en la galería, fumandonos unos porros, tarareando las canciones de Zalo Reyes.
El próximo año se cumplen 20 años de ese acontecimiento..quien lo diria. Neruda dice que la vida pasa pisando como paquidermos...es la pura y santa verdad.
Bueno, ella un día me dejo. Un día cualquiera, la pase a buscar a su casa, su padre recogia las migas de la mesa las cuales se esparcian por toda esa pequeña comarca, salimos al parque y me dispara a boca de jarro que no quiere seguir conmigo...¡plop!, sali corriendo, apenado con el corazón en dos manos...fué mi primera pena de amor.
Volviendo a Rosales, nos graduamos en el teatro Caupolican ahora Monumental, recibimos nuestros diplomas, nos saludamos nos abrazamos y en la noche estabamos listos para ir a la fiesta de graduación que se hacía en el Liceo. Me puse una chaqueta que me presto mi difunto abuelo, mocacines cafés y pantalón amasado (de moda en esos tiempos), cuando estaba llegando a la puerta de entrada, tipo diez de la noche , siento un silvido...Hey Memo..Memo!..Miro y al frente, en la plaza estaba Rosales, cruzo lo saludo efusivamente:
Memo: - Compadre como estamos..vas a entrar
Rosales: No, no creo..tal vez más tarde
Memo: Por qué?, los cabros ya están adentro y abra buena jarana.
Rosales: de ahí, no ando muy bien presentado.
Memo: ¡No importa!...Vamos
Rosales: Mejor fumemos un cuete
Memo: vale..
Ahí se quedo él, sentado arriba de un banco, con su chaqueta café con cuello de chiporro...viendome partir...doy vuelta hacia atrás para verlo, levanto mi mano para despedirme...fué la última vez que vi a Rosales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran nostalgia la suya, gran candidez de palabras, un recuerdo notable en la figura simple y armoniosa del amigo.
Felicidades Sr. Zamora.

Anónimo dijo...

ccccccccccccccccc