lunes, marzo 28, 2005

Las calles de Huérfanos con Cienfuego

Recuerdo esos atardeceres de alcohol y humo
en que caminamos juntos por las calles de adoquines
mirando las viejas casas carcomidas por el tiempo
e internándonos por esos pasajes llenos de recuerdo

Creíamos ver damicelas en las terrazas corroídas
y jugábamos a ser personajes de antaño
escuchábamos un walz de tiempos de tertulia
en aquellos recovecos de grietas y ladrillos

Solíamos sentarnos en la pisadera de la iglesia
y contemplar las gárgolas que penden de sus murallas
veíamos pasar el tiempo entre risas y tristezas
sin ni siquiera decirnos nada

Esos atardeceres se fueron de improviso
dejamos los pasos y algún que otro sacrificio
las casas aún permanecen muriendo a medias
y nosotros partimos creyendo en quimeras.

No creo en destinos amargos
ni pienso como me ha tratado la vida
pero quisiera volver luego..luego
a esas calles de Huérfanos con Cienfuego.

lunes, marzo 21, 2005

Rossana

Quiero decirte desde este lugar remoto
en que el sol no brilla como quisiera
que las heridas que te he causado
son las llagas que ahora tengo

Siento que nunca contemple tu grandeza
y que los años me fueron carcomiendo
aunque no lo creas el remordimiento
hace que agache mi cabeza.

Nunca te valore lo suficiente
y ese es el pecado que llevo a cuestas
¿Acaso el Señor no me ha quitado
suficientes ofrendas?

Rossana, cuando pienso en la noche que te bese
y tú, tan silenciosa y pasajera
como no sentirme triste
si el amor lo calle de mala manera.

lunes, marzo 14, 2005

A Denisse

Hija, eres llanto y eres risa
eres mi alma y mi melancolía
eres por quien me levanto cada día

Hija, tus ojos que despiertan al mundo
son cristales de agua transparente
que reflejan el sol y la esperanza

Hija, cuando pienso en las pocas veces
que te he abrazado y besado
en las pocas veces que he llorado contigo
en las pocas veces que te he cobijado

Hija, hoy tu ausencia se hace eterna
y no me consuelo con nada

Sé que en las mañanas
vas al colegio con la esperanza en tu mochila
y yo aquí, lejos, recordandote

Hija,cuando pienso en tu risa...
como la siento desde aca lejos,
¡cuan grande es hoy mi agonía!

Hija, solo te envío estas palabras
con el ánimo de confortarme a mi mismo
solo que sin ti...

muero.

domingo, marzo 13, 2005

A Love Song for Bobby Long

A veces siento que soy Bobby Long, un hombre culto que vive en el lado oscuro, que su unica patria son sus zapatos como dice Jodorowsky, que se aburre constantemente pero que disfruta de esas caminatas donde el viento golpea la cara y el sol es el unico compañero.
A veces pienso como Bobby Long, que la fantasía ha quedado dormida y que todos los días no son reales, sino que alusinamos que vivimos y actuamos de esa forma las 24 horas. A veces siento que buscamos la redención y que ese fin del ser redimido nos llevara realmente a vivir.
A veces vivo como Bobby Long, así es, días de autodestrucción, en que no me levanto porque no puedo debido a la resaca de la noche anterior, a veces no puedo dormir, la dama cala hondo sobretodo cuando te deprimes, buscas una fantasía de mujer y sueñas que le haces el amor en una alcoba lugubre y silenciosa, donde los unicos sonidos son del catre y los quejidos que ambos producen...sin embargo despiertas.
A veces rio como Bobby Long, con esa nostalgia del pasado mejor y del futuro incierto, con esa risa que gira como un trompo delirante y que se apega a la tierra donde creci y donde quiero estar. Volver a ese espacio que da el no hacer nada sino contemplar los ruiseñores de la mañana y pernoctar encubiertamente sobre la falda de una bailarina de cabaret venida a menos.
A veces recuerdo como Bobby Long. a quienes solian comer los sandwiches de huevo frito que hacía mi abuela y los cuales Marco "Cara de Oso" Ledezma disfrutaba engullendolo en un dos por tres, o a Gonzalo quien con su bicicleta pistera llegaba con sus cuadernos en una bolsa de nylon tarariando el ultimo de Spinetta o el viejo de Moz.
A veces ame como Bobby Long, a unas muchachas que amaron y que correspondi y a otras que no ame y que defraude, esas mujeres que bebian un sorbo de vino y que se embriagaban para pasar las penurias de la etapa o de sus familias. Ame sobretodo a esa muchacha que dijo que yo podía cambiar y trato de hacerlo, que gozaba y reia conmigo y que me dejo un día en un aeropuerto soleado sin ticket de retorno.
A veces lloro como Bobby Long, amargamente porque la soledad se asienta con firmeza en mi vida y hace que viva el sindrome de Peter Pan.
En fin, A love song for Bobby Long...Una canción que espero desde hace tiempo.

La ultima vez que vi a Rosales

Ese es el titulo de un poema que desde hace 3 años he tratado de escribir pero que por razones que aún desconozco (en realidad conozco solo una) no he podido ni siquiera empezar. En fin...quién es Rosales?, bueno él es (era) un compañero de cuarto medio del glorioso Liceo Cervantes, liceo ubicado en Agustinas con Garcia Reyes, con quien compartí momentos que hasta ahora recuerdo con nostalgia. Ultimo año de enseñanza media, año 86, generación perdida, hijos de Pinochet. Rosales, cuyo nombre es Juan Carlos, era de Cerro Navia, siempre andaba con una chaqueta color café con cuello de chiporro, era de nuestro grupo, del grupo de los marihuaneros (Juan Concha, Rosales, Claudio Mora, yo y quien sabé quien más) de aquellos que nos sentabamos al frente del Liceo a fumar unos zepellines en manzana, grandes zepellines que traia Rosales desde su comuna. De hecho en esos tiempos existian lugares muy buenos donde comprar pitos, la calle gay, los 14 de la fama, chacarillas y la plaza que colinda con la calle Abdon Cifuentes, en el sector antiguo de la capital.
Recuerdo que escuchabamos harta música, algunos traían el canto nuevo y otros empezaban a tararear las primeras canciones de Iron Maiden, Judas Priest y Quiet Riot. Otros, con las primeras canciones del rock chileno de los ochenta.
Rosales era de clase baja igual que muchos de mis compañeros, lo bueno que sucedía en esos tiempos es que en el curso y en realidad en todos los cursos se mezclaban compañeros de diferentes clases sociales, de hecho tenía compañeros que en ese año llegaban en auto y otros a duras penas, Rosales era de los últimos. Era un tipo choro, entretenido y buen compañero, era el dealer de nuestro curso, el que llevaba porros de regalo para todos.
Ese año 86, fué bien raro, fué la primera vez que en la jornada de la tarde había 2 terceros medios mixtos. El liceo en si era de mujeres en la mañana y de hombres en la tarde, hasta el año 85, después surgio este experimento de colocar esos cursos en la tarde. En uno de ellos había una muchacha muy bonita, pero cuyo nombre no recuerdo, como dice el Nicanor...Juro que no recuerdo ni su nombre...nos gustamos, pinchamos y empezamos a "andar". Ella vivia sola con su viejo, quien era fotografo, en un departamento de interior, mejor dicho en un departamento bajo suelo, en avenida Bustamante, cerca del parque. Fumaba pitos y era bien entretenida.
Recuerdo que en esos tiempos el rector del Liceo, Sr. Guillermo Henriquez Ponce, hacía un festival en el Estadio Chile, hoy Victor Jara. Ese año 86, la atracción fué..Zalo Reyes. Icono de la música popular quien con sus canciones nos hacía ponernos medios flaites, igualmente vacilabamos de lo lindo, ella y yo abrazados en la galería, fumandonos unos porros, tarareando las canciones de Zalo Reyes.
El próximo año se cumplen 20 años de ese acontecimiento..quien lo diria. Neruda dice que la vida pasa pisando como paquidermos...es la pura y santa verdad.
Bueno, ella un día me dejo. Un día cualquiera, la pase a buscar a su casa, su padre recogia las migas de la mesa las cuales se esparcian por toda esa pequeña comarca, salimos al parque y me dispara a boca de jarro que no quiere seguir conmigo...¡plop!, sali corriendo, apenado con el corazón en dos manos...fué mi primera pena de amor.
Volviendo a Rosales, nos graduamos en el teatro Caupolican ahora Monumental, recibimos nuestros diplomas, nos saludamos nos abrazamos y en la noche estabamos listos para ir a la fiesta de graduación que se hacía en el Liceo. Me puse una chaqueta que me presto mi difunto abuelo, mocacines cafés y pantalón amasado (de moda en esos tiempos), cuando estaba llegando a la puerta de entrada, tipo diez de la noche , siento un silvido...Hey Memo..Memo!..Miro y al frente, en la plaza estaba Rosales, cruzo lo saludo efusivamente:
Memo: - Compadre como estamos..vas a entrar
Rosales: No, no creo..tal vez más tarde
Memo: Por qué?, los cabros ya están adentro y abra buena jarana.
Rosales: de ahí, no ando muy bien presentado.
Memo: ¡No importa!...Vamos
Rosales: Mejor fumemos un cuete
Memo: vale..
Ahí se quedo él, sentado arriba de un banco, con su chaqueta café con cuello de chiporro...viendome partir...doy vuelta hacia atrás para verlo, levanto mi mano para despedirme...fué la última vez que vi a Rosales.